Con la captura de datos e imágenes los drones permiten el monitoreo permanente de los cultivos: desde que se empieza la siembra hasta la cosecha. Por lo general esta información se procesa en la nube y permite una más pronta reacción ante la amenaza de plagas como insectos y hongos. Es evidente que la interpretación de datos tiene que ver con la salud de las plantas.

El inicio de una contribución más activa entre estos equipos aéreos y los agricultores ha dado comienzo en los países en donde está permitido, toda vez que la pulverización aérea se está dando para la aplicación de productos fitosanitarios.

La expectativa es que el uso de drones especializados para la agricultura crezca nuevamente en base a una cada vez más amplia gama de aplicaciones y al eventual remplazo del factor humano.

En la actualidad, la tecnología es la única alternativa que da  la posibilidad de conseguirlo, por lo que las herramientas de precisión y resolución se han vuelto en las más capacitadas para gestionar las explotaciones de forma más rentable. Los cultivos y la alta resolución espacial ya son dos palabras con punto de unión.  Por supuesto que, todavía quedan algunas dudas en el tintero con respecto a estas herramientas.